Láser térmico.
La fotocoagulación directa de la NVC con láser térmico era el único tratamiento que demostraba tener eficacia todavía a finales del siglo pasado, sin embargo ya que las elegibles al tratamiento eran aquellas membranas que no invadieran el centro macular, que angiográficamente estuvieran bien delimitadas y que no pasaran de cierto tamaño (3.5 diámetros del disco papilar), solamente el 15% de las NVC eran candidatas.
El MPS (Macular Photocoagulation Study) fue el estudio clínico controlado multicéntrico de asignación aleatoria más grande para evaluar la eficacia de la fotocoagulación con láser térmico
La NVC óptima para el tratamiento con láser debía ser yuxta o extrafoveales, sin embargo algunos estudios demostraron obtener mejores resultados visuales al incluir también las subfoveolares.
El láser es una alternativa agresiva, ya que crea una quemadura directamente en el área de tratamiento, lo que visualmente se traduce como un área de escotoma absoluto. En el caso de membranas que están fuera del centro macular, el escotoma provocado es casi imperceptible, a diferencia del provocado si se aplica el láser en las membranas subfoveales. De cualquier forma se concluyó que si la NVC subfoveal solo fueran observadas, su crecimiento provocaría después de 5 años un escotoma mayor que si se hubiera fotocoagulado. Sin embargo aún en estos pacientes tratados, la incidencia de persistencia y recurrencia de la NVC, (defínase persistencia cuando la NVC tratada surgía de nuevo antes de 6 semanas post- tratamiento y recurrencia si ésta surgía después de 6 semanas del tratamiento) era demasiada alta, siendo hasta del 70%.
El estudio MPS reporta que la tasa de persistencia /recurrencia con un seguimiento a cinco años es de 54% en las lesiones extrafoveales y una tasa de 78% a cuatro o cinco años para las lesiones yuxtafoveales. La tasa de persistencia/recurrencia a tres años para las lesiones subfoveales es de 56%.
Debido a la incidencia de fracaso, a la agresión de la quemadura, a la limitante para tratar todo tipo de NVC y a las nuevas opciones de tratamiento, la fotocoagulación con láser dejó de ser la mejor elección terapéutica (tratamiento estándar de oro).
Algunos autores aún emplean como primera opción de tratamiento (NVC yuxta y extrafoveales) el láser térmico, en lo personal debido a la alta incidencia de persistencia y/o recurrencia, a la agresión de la retina generada por la destrucción con láser térmico, a que generalmente el crecimiento de las mismas es más agresivo que su estado original y que en la mayoría de las ocasiones crece hacia el centro foveal, utilizo combinaciones de las nuevas alternativas terapéuticas que detallare más adelante.
http://www.youtube.com/watch?v=iZxq9vZr1Bs&feature=related
Complicaciones del láser.
Pérdida intensa de la visón posterior al tratamiento, la cual puede ser permanente
Ruptura de la membrana de Bruch con hemorragia subretiniana o vítrea.
Desgarro del EPR
Otras alternativas de tratamiento que basaban su mecanismo de acción en quemar al igual que el láser la NVC, fueron la Radiación y la Terapia Transpupilar Térmica, ambas con el fin de destruir directamente la membrana, sin embargo los resultados en ambas terapias no demostraron la eficacia esperada.
Buscando disminuir la cascada angiogénica, la Talidomida y el Interferón alfa-2 fueron empleados entre otros a fin de siglo, pero también los resultados fueron desalentadores.
lunes, 7 de diciembre de 2009
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